REPENSANDO MI MINISTERIO

 

Varias personas me han solicitado, que les comparta a cerca de mi experiencia vivida como presbítera en el Movimiento.

La verdad sea dicha, me da mucha pena, porque en todos los grupos hay problemas y el nuestro no se escapa de ello.

Cuando me ordené en diciembre10/10, soñaba con anunciar la buena nueva, ejerciendo el derecho que me ha dado mi bautismo.

El primer año me quisieron hacer obispa y me negué, así hasta el quinto de mi ordenación, en septiembre del 2015 que acepté.

Los cargos, son un servicio al pueblo de Dios, (Marcos,9-35).

Pero en este sistema los cargos como tal, han sido confundidos con el poder y muchas veces con el abuso de autoridad.

Con ingenuidad y buena voluntad, he creído, en muchas personas y más cuando han venido de una formación religiosa institucional.

Lo digo con dolor, porque he encontrado que en estos cargos solo brillan las rencillas, la intolerancia, la rivalidad, la prepotencia, la envidia (Mt 20,20-28) y esto acentúa la división, la discordia, los partidismos, haciendo más difícil el esfuerzo común necesario y así empobrecemos la capacidad de diálogo, adoptando posturas que nos colocan falsamente por encima de los demás.

El llamado venía cubierto con alas de patriarcado, en un feminismo disfrazado y disimulado.

Todo esto que estoy comentando, nada tiene que ver con la realidad, es vivencia ficticia, es solo para aprender a no caer en las redes del sistema actual que nos margina como mujeres y que ansiamos el derecho de igualdad dentro de la iglesia, el medio en el que queremos continuar con la obra iniciada por el Creador para la liberación, la paz y la tranquilidad en la tierra.

Tenemos un legado que debemos empezar a ejecutar: ( Jn,13 34-35)

Amén.

+ Olga Lucia Alvarez Benjumea ARCWP

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