Llevó ya varios días dándole y dándole vueltas a esta
frase: “Libranos del mal”. Hasta que un niño, que no escuchaba lo que estábamos
hablando, se deja venir con una serie de preguntas:
“Dónde está “el mal”? “Quién es que es?”, “Cómo es?” “¿Es
un señor, o es una señora?”
No es una tragedia natural. Es algo peor.
Te quedas pensando…cómo asi que una amistad de más de
40 años se rompe. Y muy sencillo, se dejo convencer de los chismes, y no le importó
40 años de amistad.
Asi que bien, puede ser un hombre como una mujer,
porque las grandes tragedias, la violencia institucionalizada en nuestro país,
tiene su trono y nos está afectando a todas/os y no nos damos cuenta.
Cada vez duele más las rupturas de gente muy especial
y querida que hemos querido y nos sorprenden cuando nos dicen: “me he separado”,
“he roto, terminamos”, “Ya no somos amigos/as”
No nos acostumbramos a este estilo de desastres.
Impresiona, duele.
Este año ha sido el año de las divisiones, de las frustraciones,
de las ironías, de la marginación.
¿Cuál es tu religión? tu orientación sexual? Dependiendo de esto y el grupo que asistas,
te aceptan o no.
Asi que “el mal” tiene nombre propio, puede ser hombre
o mujer, pero ahí están, mostrando exageradamente sus dones y hermosos diplomas.
Mas que diplomas, él mundo espera es dejar brillar las actitudes, sin maltratar
a los demás para pretender subir.
Esta invertvención de Jesús frente a sus discípulos no
ha pasado de moda, leela otra vez:
Jesús se sentó y llamó a los
doce discípulos y dijo: «Quien quiera ser el primero debe tomar el último lugar y ser el sirviente de todos los demás» Marcos 9:35
Jesús nos invita a seguirle: no
pretendamos despertar chismes, celos o envidias, que nuestros donde destilen
generosidad, bondad, apoyo, solidaridad y mucho amor, paz tranquilidad. Asi
aplastamos “el mal” y que Dios nos libre. Amén.
Envigado, Nov 16/24
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