Olga Lucia Álvarez Benjumea ARCWP*
Es una pregunta que me vengo haciendo. Cuando
estuve estudiando en un Colegio católico, recuerdo, que en las clases de
religión lo que nos enseñaban era “Cien lecciones de Historia Sagrada”.
¿Y el Evangelio? Humm
Tuve la suerte de asistir a
las clases del P. Carlos Bravo sj. (q.e.p.d) en la Facultades Eclesiásticas de
los jesuitas, -Bogotá- a quien le debo mucho de mi formación espiritual.
Con las clases del p. Carlos,
me ha quedado un mundo abierto para seguir investigando, crecer en mi formación
y sobre todo en la búsqueda de la Divinidad y lo más importante, aprender a
compartir, desde mi ministerio dar a conocer la Ternura, el cuidado y amor con
que la Divinidad nos protege.
¡Con él aprendí el verdadero
valor de mi Bautismo! “Soy hija de Dios, creada a su imagen y semejanza”
(Génesis 1:26)
Con mucha dolor y tristeza,
después encontré un decreto que ignora el texto del Génesis, conocido como el
Decreto Graciano (jurista) del año 1.140 que dice: “las mujeres no son imagen
de Dios” y deben de ir con su cabeza cubierta cuando estén frente a un hombre. Este
Decreto influye y trasciende en los Cánones de la Iglesia Católica romana, en
la actualidad, hasta el día de hoy, como es el Canon 1024 que dice: “Sólo el
varón bautizado recibe válidamente la sagrada ordenación”.
Tanto el Decreto Graciano como el Canon 1024 son
las bases fundamentales para que la Iglesia Católica romana, nos niegue a las
mujeres el derecho de anunciar la Buena Noticia a través del ministerio presbiterial.
Mensaje que nos fue entregado: Mateo 28:5-10
Las Presbiteras católicas Romanas, rechazamos,
protestamos, solicitamos dichas normas que pretenden marginarnos, ningunearnos
sean abolidas, desechadas y anuladas.
Las Presbiteras católicas romanas, no pretendemos
imitar los varones, en sus vestimentas, en sus celebraciones, construir templos,
que hoy vemos cerrados.
Nuestro ministerio sacerdotal es totalmente
diferente, es un servicio en Comunidad, anunciando la Buena Nueva contando con
la participación de mujeres, hombres, ancianos y niños. La Buena Noticia, no es
exclusiva de los varones.
Agradecemos al obispo de Roma, sus buenas y
delicadas palabras de caballero hacia nosotras las mujeres. A él, no le estamos
solicitando que nos de empleo en oficinas. Es urgente el anuncio de la Buena
Noticia, realizando el milagro de la Eucaristía: “He venido a traer vida, y para
que la tengan en abundancia” Juan 10:10. Son palabras fuertes invitándonos a ser
humanos.
Queremos más Evangelio y menos normas, sanciones,
disciplinas inhumanas, desprecios, marginaciones. Queremos un Evangelio de
justicia, paz, ternura, acogida, protección, no para buscar fama y ser
prepotentes.
Mujeres, ha llegado la hora de anunciar la Buena
Nueva, unámonos, cerremos filas y luchemos hasta que el anuncio de la Buena
Nueva sea hoy y siempre.
BIBLIOGRAFIA:
1) https://es.scribd.com/document/353514794/Decreto-de-Graciano#
2) https://www.vatican.va/archive/cod-iuris-canonici/esp/documents/cic_libro4_cann1024-1025_sp.html
*Presbitera católica
romana
Envigado, Mayo 5/23
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