Vino con un mensaje pleno de paz, amor y tranquilidad.
“He venido para que tenga vida y vida en abundancia” (Jn,10-10).
Es cierto que llegó con la mochila llena, ¿quién no ha visto con sorpresa y alegría, los trigales, los sembrados de papa, maíz y frijol en Boyaca?
¿Qué decir de los cultivos de arroz en el Huila y el Tomila?,atrás no se queda el eje cafetero donde se respira su aroma.
Habrás pasado por Santander (Vélez) y disfrutar del buen olor de la guayaba.
¿Has visto a Nariño con sus bonitos cultivos de maíz, frijol y papa?
No pierdas los sembrados de Yuca, banano, en las dos costas (Atlántico y Pacífico).
Putumayo, Caquetá, Cesar, las plantas sagradas medicinales, que nuestro Dios en su legado ancestral, nos dio.
“He venido a traer vida y vida en abundancia” y eso es lo que nos trajiste, pero alguien llamado T.L.C., está acabando con esa abundante vida, pues nos rapa nuestras semillas originales y nos dan frutas sin esa vida interior que no se puede sembrar y no imaginas el desastre que han provocado y siguen provocando, lastimando la tierra y a sus habitantes, disponiendo del tesoro que nos fue dado para crear y crecer en esa abundancia.
La tierra, está inundada de sangre, la que han dado sus hijos por defender esa abundante vida y por hacer que tu anuncio se cumpla y se haga realidad.
Difícilmente se consiguen trabajadores para el campo, huyen a la ciudad, abandonan las tierras por tanta violencia y desgracia que ha traído a nuestro país.
Señor, tú que estás entre nosotros y tenemos que redescubrirte para que tú promesa se cumpla:
“He venido a traer vida y vida en abundancia”.
Amén.
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