Es el Cristo que se desclava para darnos su mano y resucitarnos.
¿Qué título es ese? Descrucificando a Cristo.
Muy atrevido de mi parte, pero tengo que hacerlo.
Mucha gente le tiene miedo a Cristo crucificado.
Recuerdo en una ocasión le mostré el Cristo a un niño, su nombre: Samuelito.
Apenas lo vio, empezó a gritar espantado, asustado,
con miedo y corrió hacia los brazos de su padre, quien lo abrazó y lo beso, con
ternura para quitarle ese miedo tan infame.
Con esta experiencia en mi vida, empecé a ver el
Cristo de manera diferente. Samuelito, me estaba dando una lección.
Otra historia. Una niña hizo su Primera Comunión, le
habían dicho que iba a recibir el Cuerpo de Cristo…pues ella cuando el
sacerdote le dio la Hostia, se la sacó de la boca y dijo: No me quiero comer el
Cuerpo de Cristo.
Esto para mi han sido lecciones muy fuertes que me
hacen ver que hace falta una Reforma en los rituales de la Iglesia, por eso hoy
las comparto.
Le tenemos miedo a lo desconocido. Le tenemos miedo al
encuentro con Cristo, porque no le conocemos, no nos lo han presentado. Fuera
de eso nos lo han colocado bien lejos…
A Cristo, siempre nos lo encontramos en los problemas
más graves de la vida, como las enfermedades, un desastre natural, temblor de
tierra. Y empezamos a buscar al que nunca habíamos buscado ni encontrado,
dentro de nuestra autosuficiencia.
Tenemos que descrucificar a Cristo, para sentir tus
brazos que nos arropan, nos protegen y nos guía.
No tenerle miedo. Ya es hora de verle RESUCITADO,
pleno de vida.
Ha llegado la hora de prepararnos para resucitar en
Cristo..
Necesitan resucitar las Madres de la Candelaria, las
Madres de Soacha, las familias de los desaparecidos, las mujeres victimas de
feminicidios, los niños abusados por los pedofilicos. Necesitan resucitar los
muertos de las masacres de las fosas comunes. Necesitan resucitar las victimas de la Comunidad de Paz de Apartadó.Necesitan resucitar los enfermos terminales, o en peligro de muerte.
Colombia necesita resucitar de tanta violencia, de
tanta injusticia infame.
Celebremos la Pascua con Cristo descrucificado, protegiendonos, arropandonos, amandonos.
Nos toca esta misión a las mujeres hacerla realidad, involucrando a los hombres, ya que la Buena Noticia, no es cuestión de género, sino de mucha PAZ Y AMOR.
"No temáis: id a comunicar a mis hermanos
que vayan a Galilea; allí me verán"
San Mateo (28,8-15)
Amén.
Envigado, marzo 24/24
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