UNA REFLEXIÓN SOBRE EL SINODO EN ROMA.

             Estos días, en los que nos acercamos al sínodo de Roma, estoy reflexionando sobre el mismo.

            He seguido muchos artículos de personas de dentro de la iglesia, periodistas, revistas religiosas, programas de radio, etc.

            Todos vivimos con la esperanza de que nuestra iglesia mal llamada universal, de la vuelta a muchas facetas y formas de vida. Me baso en afirmar que no es universal, porque deja fuera de ella a más de la mitad de la humanidad, que somos las mujeres, negándosenos poder formar parte de esta con todos los derechos que nos confiere ser hijas, pueblo de Dios y bautizadas. Se nos relega a poder leer una epístola, dar la comunión, llevarla a algunos enfermos, porque muchos curas, están ocupados dando clases en colegios, universidades, etc. y nosotras, acudimos por prestar un servicio a nuestros semejantes. Hoy los curas no conocen a las gentes de los barrios, no hablan con los mayores, no están con los niños, solo las catequistas, no comparten su tiempo, porque sus obligaciones laborales, les permiten simplemente dar una misa, un funeral o una boda, bautizo, las parroquias están cerradas prácticamtne todo el día. Es patético y triste, dan más importancia al culto, que lo tiene, que a hacer pastoral. ¡Eso no puede ser!

            Juan XXIII, convocó el Concilio Vaticano II porque había que abrir las puertas y ventanas para que pudiera entrar un aire renovador. Con el tiempo, esa brizna, se ha quedado en una gotita de oxígeno, que muchos tratamos de respirar, para mantener esta iglesia con vida, pero poco a poco, se va hundiendo porque muchos fieles no creen en ella, porque no avanzan al ritmo y a las necesidades de la sociedad, porque definitivamente no ilusionan.

            Cada día, hay menos vocaciones a la vida consagrada, los conventos y seminarios que antes podían tener las exigencias que quisieran para admitir a candidatas/os,  e incluso se les expulsaba bajo cualquier pretexto, por excedente de cupo, ahora, hacen propaganda en las redes sociales para contarnos lo maravillosa que es la entrega a Dios, ¡que para el que siente esa llamada, no cabe la menor duda que lo es! , pero yo les pregunto,¿ si se han adaptado a la vida actual, dentro de sus distintos carismas e institutos y órdenes religiosas y formas de vida? porque que hoy en día que haya capítulos de culpas, que  se sospeche que dos personas son lo que no son por el mero hecho de tener más confianza entre ellas……no es una forma muy sana de enfocar la vida además del dolor que todo esto causa. En una familia, todos nos queremos, pero siempre se tiene más confianza con unos u otros hermanos y no pensamos nada que sea fuera del orden o lo que ellos creen que es el orden natural.

            Sinceramente, creo firmemente en Jesús.

             Pienso en que cada ser humano nace en una familia, con unas tendencias u otras, y cuando pienso en la actitud que él hubiera tenido, mi respuesta es que admitiría a todos, como son, sin peros ni pegas.

            Jesús, no fundó ninguna iglesia, no fue sacerdote, pero hoy en día existe esa iglesia, que la queremos universal, donde de verdad se admita a la gente tal cual es, casada, soltera, gay, mujer que pueda rendir el culto y trabajar sin esconderse, casi de forma semi clandestina como es ahora el caso. No tenemos que escondernos de absolutamente nada, porque en este mundo todos nos necesitamos y nosotras, queremos servir a los hermanos llevando su palabra y anunciando su reino, con la misma calidad de enseñanza que cualquier seminarista, porque si las universidades son mixtas ¿a qué santo espera el Vaticano en abrir los seminarios a dicha opción?,

            Lo único que sabe decir es ANATEMA a todo lo que les produce miedo y a todo lo que huele a que puedan perder el poder.

            Yo espero, aunque sé que no vamos a sacar nada en limpio, a trabajar sin tregua para que algún día, nos dejen ser legalmente presbíteras, que una persona homosexual, me da igual hombre o mujer, que siente la llamada a entregarse, sea admitido, que puedan casarse con normalidad, que los presbíteros puedan optar libremente a tener el voto de castidad o no.

            Puede que sea una misión difícil, pero no imposible, Seguiremos luchando, trabajando sin miedo, para poder abrir el camino que nos lleve a esas puertas y ventanas para abrirlas de par en par y poder dejar que, entre el oxígeno dentro de la iglesia, y que la gente pueda respirar y sentir el alivio de llenar sus vidas en lugar del ahogo que hay ahora.

            Saben perfectamente que cada día son más los que apostatan o simplemente pasan olímpicamente de todo, pero no quieren verlo y eso no se recupera con novenas, triduos y rosarios, las cosas evolucionan.

            No creo que rezar el rosario, etc. sea algo malo ¡no, para nada!, pero hay que aprender a orar y no sustituir los actos piadosos por la vivencia del Evangelio. Se necesitan medios, pero medios que de verdad nos hagan vivir las enseñanzas del maestro.

            Las misas son rutinarias y aburridas. Se asemejan a una función teatral, donde vemos como celebran los actos litúrgicos, nos arrodillamos, levantamos, sentamos, etc., pero donde las homilías, no son muy productivas, ni dicen mucho que digamos. Triste y lamentable, pero cierto.

            Basta ya de castigos, de tiranía, totalitarismo y machismo por favor.

Eso no es caritativo, ni aceptable. Jesús dijo como única misión y petición que nos amemos los unos a los otros. Eso es lo que pido yo a la iglesia y que se deje ya por favor de morales y éticas que hacen daño y como dijo un obispo, en la J.M.J. de Lisboa este año, Dios no se equivoca, nos hace perfectos, como queriendo decir que todo lo demás es vicio además de que este hombre, curaba a homosexuales con sus métodos y se creía con el monopolio de la verdad y muchos de sus dichos, realmente son dañinos y hacen sufrir a muchas personas e incluso sentirse culpables. Cuando en una familia nacen personitas con síndrome de Down, autismo, San Filipo, lesión cerebral, cegueras, sorderas profundas y muchas deficiencias ¿Dios se ha equivocado?, ¿esos días estaba distraído? Pienso,  que obispos y cardenales de esta índole, no son la perfección que Dios da a la humanidad haciendo ese tipo de aseveraciones, dañinas e inhumanas.

            A mí, como a todos me nacieron en una tierra, en una familia, con un sexo determinado que en mi caso es de mujer, por lo que estoy encantada en todos los sentidos porque me lo han dado todo, unos padres que nos enseñaron tolerancia, educación hacia el estudio y respeto hacia todas las personas, lectura, para abrir nuestras mentes   y  ser amplias de miras, incluso leer libros o artículos de gente que no pensaba como nosotros, pero para saber sacar sentido a todo, hay que estar muy bien informado y luego emitir con humildad un juicio justo.

            La vida no puede quedarse anquilosada, como en este momento está la iglesia de Roma, que se le ha parado el reloj.

           

 

Maria Hidalgo.

Presbítera de América Latina-Europa.

A.R.C.W.P.



 

 

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