Olga Lucia Álvarez Benjumea
ARCWP*
Venimos viviendo tiempos muy difíciles tanto de
violencia, invierno, incomprensiones, malos entendidos. Hemos tenido
dificultades en nuestros grupos, en nuestros trabajos, en la familia, por
diversas circunstancias.
En nuestro país, ante la carencia de las Estaciones,
nos hemos acostumbrado a vivir en la eterna primavera. Razón por la cual no
valoramos el verdadero sentido de la primavera, y menos verle como un hecho
pascual.
Pascua, sabemos que significa cambio. Hemos tenido
días continuos de mucha lluvia, añorando un rayito de sol que nos caliente.
El solo hecho de poder apreciar los efectos
primaverales, que siempre nos vendrán con novedad, con creatividad, con
originalidad, porque la Divinidad creadora, no ha dejado de ser novedad, solo
que tenemos que desarrollar más nuestro sentido de observación para gozar y
disfrutar, sus colores, sus olores, sus sabores, su sanación, su optimismo y
esperanza.
La primavera la podemos encontrar en el gozo de una
familia, con la llegada de un bebé. Es saber esperar, saber disfrutar, estar
con la mente y el corazón abiertos a la novedad, al positivismo, al cambio que
nos traerá optimismo, alegría y nuevas energías.
Primavera pascual, es aprender a ver la riqueza y
esperanza que trae el cambio. Quién no ha disfrutado el ver reventar de una
semilla, que brota de la oscuridad para alegrarnos con sus flores, su fruto.
¡primavera en Pascua es un canto a la VIDA!
La Pascua en primavera nos está invitando a celebrar
la vida, a compartirla, a respetarla y hacerla respetar.
Por tanto, dolor y sufrimiento causado por la
violencia, enterremos la muerte haciendo de ella una verdadera resurrección, en
plenitud de VIDA.
Pascua en primavera es resucitar, es vivir, es tener
esperanza.
No perdamos de vista su mensaje, Pascua en primavera
es vivir la VIDA. Amén.
*Presbitera católica romana.
Abril 10/22
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