Olga Lucia Álvarez Benjumea
ARCWP*
Vengo de estar casi 2 horas de una reunión, en donde
se abordaron varios temas, referentes a la situación social-política-religiosa
del país.
Dele que dele, faltó esto, y este otro y aquel otro.
Hay que hacer esto y aquello, delegar funciones, contactar a este y a este
otro, buscar recursos humanos, económicos y espacio presencia y virtual.
Escuchaba en silencio. Todo lo que se comentaba y
decía, era acertado. Se contaba con buena información y harta preocupación
manifiesta.
Se insistía fuertemente en velar por la conservación
de la memoria histórica de nuestros pueblos.
Se pedía recuperar el legado de varios personajes
líderes mártires, hombres y mujeres, cuya memoria han tratado de borrar. Se
compartieron sus nombres, se contaron anécdotas que vivenciaban su compromiso y
testimonio.
Los participantes, tod@s con juventud acumulada de
años trabajando en diferentes frentes, docentes, catequistas, teólogos, trabajadores
sociales, CEBs, buscando qué hacer y cómo hacerlo, reafirmados en las lecciones
de Vaticano II, Melgar, Medellín 68, Puebla.
Nada que salía a flote el verdadero problema que ha
causada tanta división y violencia, no solo en nuestro país, sino en el mundo
entero: el sistema patriarcal. Como bien sabemos, no es solo preocupación de
las mujeres. El sistema patriarcal es el origen de la violencia e injusticias
en el mundo. Sistema creado por hombres y mujeres. A
medida que fue avanzando se le fueron viendo las agallas y ponzoña de la
competencia. El sistema
patriarcal desde su existencia es la causa del asesinato, injusticia, división
y conflictos entre herman@s pretendiendo acabar con la humanidad.
Toda la vida el sistema patriarcal, nos ha tenido con
“tapa-boca”, además de sus normas disciplinarias. Es tal su presencia entre
nosotr@s que solo cuando hay mucha confianza y no se corren riesgos, el
tapabocas nos lo vamos quitado. Así es, ese es el sistema patriarcal, que ha
afectado tanto a hombres como a mujeres.
Revisando, revisando, fuimos descubriendo cómo su
presencia se ha hecho presente a través de documentos políticos como los
Documentos de Santa Fe, que trazaron y sigue trazando sus líneas de persecución
en América Latina, sus efectos los podemos conocer ante la persecución que se
desató contra nuestros líderes religiosos, religiosas, sacerdotes, obispos,
fieles bautizados, promotores de la Teología de la Liberación.
Es hora de irnos quitando el tapabocas e ir
denunciando las infamias de este viejo sistema, que tanto daño ha hecho. Solo
dejándolo al descubierto, podremos encontrar la vacuna para cerrarle espacio al
que se siga haciendo viral en nuestro medio. De resto, cualquier buena
propuesta que se haga, mientras persista el sistema patriarcal, no se logrará
alcanzar el objetivo de PAZ.
Ya no más masacres, no más asesinatos, feminicidios,
desplazados, desaparecidos e injusticias contra nuestros pueblos.
Que no se diga más que el sistema patriarcal es la
lucha de las mujeres contra los hombres. Es una lucha que nos atañe a tod@s. No más pañitos de agua caliente al verdadero problema.
*Presbitera católica romana
Marzo 14/22
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