SOMOS INMIGRANTES NO ILEGALES:
Cuando el Dios
de la Vida, nos compartió su Esencia Divina a través del soplo divino, del cual
todas/os hemos sido engendrados, tal vez hubo un “olvido”, quizás, ya que Dios nos
despachó sin ningún papel legal. Sin ruta para el viaje, sin documento algunos
de instrucciones “legales”. El solo pensar en la forma y no aplicación de la
voluntad divina, se dice: “eso no es argumento sostenible”.
Cuando
nacimos, ya los inmigrantes enviados/as por Dios,al "Jardín Encantado" nos encontramos con la sorpresa,
de que no nos podíamos mover libremente en su “Jardín Encantado”.
El inmigrante
sufre, humillaciones, se le paga una miseria por su trabajo, se le trata como
esclavo/a. Se le usa como mercancía comprada, tiene hambre, tiene frío, no
tiene techo, todo es prestado, y cobrado a precios de dolor y humillación y
sometimiento. Se opina y decido por ellos/as. Hombres, mujeres y niños, van por ahí, en las calles, pidiendo
empleo, buscando un/a buen samaritana/o, ser aceptadas/os, muchos han muerto, o
desaparecido en el intento por proteger su dignidad como personas, creadas a
imagen de Dios.
Unas/os y
otras/os se confunden, hay malas interpretaciones, todo se bloquea, que nada se
sepa, que todo se oculte. Porque esa frase de Jesús: “La verdad nos hará libre”
Juan 8:31-38 en el
“Jardín Encantado” no funciona.
Para vivir
legalmente en el “Jardín Encantado” nos dicen que debemos estar sometidos a las
leyes y mandatos de un patriarcado infame, que somete no solo a las mujeres,
sino también, a los varones, ancianos y niños.
¿Qué podemos
hacer? Si hay por ahí alguna solución, por favor pongamos en marcha, andes de que el “Jardín Encantado” se lo acaben de robar.
*Presbitera
católica romana.
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