Con anticipación Juan Esteban me llamó, para decirme que la abuela, -la señora Carmen Tulia-, queria se le celebrara un Eucaristia, con su familia en la casa. Ví que podia el domingo, y me dí cuenta que coincidia con el Dia de la Madre y el Buen Pastor. La familia aceptó, lo vio muy bien, aprovechar que estaban varios de sus hijos reunidas celebrando el Dia de la Madre.
Nos reunimos a partir de las 5pm. Aunque ya me conocían de una celebración anterior, les dije, que tenia novedades para compartir en esta celebración. Teniamos presente a la abuela, y a Amparo la madre de Juan, les comenté que como la abuela, era la que habia pedido el servicio, a ella le iba a solicitar que me revistiera. ¿Por qué? porque son los laicos, los que empoderados de su papel en la Iglesia, solicitan la celebración.
La abuela, la señora Carmen Tulia, se apresura a revestime, entendiendo ¿por que? lo esta haciendo.
He invitado a la abuela, a concelebrar conmigo en el Altar. ¿Por qué ? Porque ella, asi mismo Amparo estarán conmigo en el Altar, presentandolas ante su familia, diciendo: Ellas, tambien recibieron el Bautismo, la sacramentalidad no es para unos si y otros no, además ellas son las que en sus hogares han conservado la fe y enseñado los valores cristianos.
Colocando la estola a la señora Amparo.
Invitando a iniciar la celebración y preguntando que queremos celebrar y por qué: Acción de gracias, y pedir por las necesidades de la familia, fueron diciendo…hasta Emiliano el niño, pidio por sus necesidades en el colegio.
Comparto y explico los origenes de la celebración Eucaristica. De cara al Evangelio, comentamos, como nuestras abuelas y madres se asemejan al Buen Pastora, capaz de dar la vida por sus hijos. Y como esas abuelas y madres no mueren, porque ellas siguen presentes en nosotras/os.
Una vez realizadas las oraciones del inicio, y haber comentado lo que significaban para primeras lecturas, pasamos a la lectura del Evangelio después de pedirles que escucharan lo que le iba a decir a Juan Esteban: “Purifica Señor nuestros labios y corazón, a fin de que anunciemos tu Evangelio, digna y honestamente”.
Las mujeres tomamos sitio en el Altar y nos disponemos a celebrar.
Los niños no podían faltar. Ahi esta Juana, y trepado en la silla no se quiere perder nada se encuentra Emiliano. Amparo esta pendiente de que se eche el vino en el cáliz.
Motivando para el momento especial de la Eucaristia. “Santifica estos dones, fruto del trabajo de mujeres y hombres…”
“Todo es Tuyo, Dios, y de lo que es Tuyo te damos”
Estamos en la Plegaria Eucaristía.
La Comunidad presente, extiende sus manos y repiten con la celebrante las palabras de la Consagración. ¿Por qué lo hacemos? Porque estamos haciendo nuestro compromiso igual que Jesús de entregarnos al servicio, de compromoternos en ayudar al otro/a y el desafío y mandato fue para mujeres y hombres: “Hagan esto en Memoria Mía” Lucas 22:19
“Los dones de Dios, para el Pueblo de Dios, pan y vino, entregado a ustedes, tomenlos, con fe y agradecimientos. Ellos son para nuestra liberación.”
Las dos mujeres mayores del grupo, abuela y madre, reparten la comunión entre sus hijos y nietos. Aqui Amparo dandole el cáliz a su hijo Juan.
Quienes hemos preparado, y servido en la celebración, somos las últimas en comulgar…
Terminada la Eucaristia, nos disponemos a limpiar los elementos empleados, la señora Carmen Tulia, observa muy cuidadosamente. Hacemos la oración final, bendecimos. He invitamos: “Salgamos con gozo al mundo, a anunciar el Evangelio.

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