Olga Lucia
Álvarez Benjumea ARCWP*
Hace poco recibí de mi amiga Fiona las imágenes más
lindas del interior de la Catedral en Grecia.
Un Jesús y una Madre de Jesús, siempre con los brazos abiertos en mensaje de acogida, protección y ternura. Me ha encantado.
Algo más, me ha encantado su comentario cuando
me dice: “en todas las iglesias de Grecia, siempre verás un Jesús anunciando la
Buena Nueva, no lo vas a encontrar en la cruz”.
Me he quedado reflexionando en este hermoso
comentario.
Y hoy nos habló el Papa Francisco, en el día de
ayer durante la Audiencia General de este miércoles 31 de agosto que se llevó a
cabo en el Aula Pablo VI del Vaticano.
diciendo:
“El discernimiento es agotador pero
indispensable para vivir. Requiere que me conozca a mí mismo, que sepa lo que
es bueno para mí aquí́ y ahora. Sobre todo, requiere una relación filial con
Dios. Dios es Padre y no nos deja solos, siempre está dispuesto a
aconsejarnos, a animarnos, a acogernos. Pero nunca impone su voluntad. ¿Por
qué́? Porque quiere ser amado y no temido. Dios nos quiere hijos no
esclavos, hijos libres”, señaló el Papa. (https://www.aciprensa.com/amp/noticias/papa-francisco-dios-nos-quiere-hijos-libres-no-esclavos-23116)
Verdaderamente, las imágenes nos liberan o
oprimen. Tengo a mi amiguito Samuel Franco, a quien, al Cristo en la cruz, le
tiene pánico. Lo entiendo perfectamente. Si ese es el efecto que produce en un
niño, por qué no ser sincer@s y digamos que efecto ha influido en nuestra vida,
al ver un hombre indefenso colgando de una cruz?
La Buena Nueva, no puede estar ni excluida, ni
marginada, ni atada, ni clavada en una cruz. Necesitamos que la Buena Nueva
vuelva a nosotros con su mensaje de liberación.
Que su mensaje seamos capaz de desclavarlo, que
esos brazos de Jesús estén libres de la opresión de los poderosos, que estén
libres para abrazar, acoger, proteger. Que su mensaje sea siempre liberador,
pleno de amor, libre de las ataduras del pánico, del miedo, de la violencia.
Bienvenid@s a anunciar la Buena Nueva, sin
amargura y sin dolor. Anunciemos su resurrección, su liberación. No a la
sumisión, no al cumplimiento de leyes y cánones que ahogan el mensaje liberador
del Evangelio.
Amén.
*Presbitera católica
romana
Envigado, septiembre 1/2022
Que grandes reflexiones; llenas de contenido humano en el amor. Bendecido saludo hermana Olgq
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