Olga Lucía Álvarez Benjumea ARCWP*
En plena Pascua, tiempo de resurrección, después de
más de 2.000 años, es bueno no olvidar aquel olor que impregno la casa de Betania
(Juan 12:3). Aunque no estuvimos en aquella cena, en la que una mujer llamada María,
unge a Jesús, con una libra de perfume de la más pura calidad del nardo, por lo
tanto, quienes distinguían ese olor como Judas, podrían deducir que su precio barato
no era.
¿Qué tiene que ver la escena de la unción de Jesús,
con nuestra realidad? ¿Qué mensaje nos deja?
Es que dicha escena, a las mujeres por fuera no nos
deja. Es claro, que María sabía de perfumes, los preparaba y usaba. Además, era
parte de su trabajo como negocio.
El hecho que María ungiera a Jesús, era algo insólito
en su medio, en aquella época. La unción existía y era de carácter social y
cultural para personajes muy importantes como los reyes. Se sabe por el historiador
Flavio Josefo (Antigüedades Judías) que el rey Herodes, pensando en su sepultura
y a modo de competencia frente a otros reyes, había previsto inmensa cantidad
de perfumes los cuales fueron transportados por quinientos soldados. Eso si que
fue un desperdicio.
¡María, ungió a Jesús como rey! Él, no es un rey
muerto, es un rey vivo.
La Buena Nueva, al darnos a conocer su mensaje, nos
eleva en la dignidad de hij@s de Dios al nivel de personajes importantes, por
eso nos ungen en el Bautismo, en la Confirmación, en el Orden a los
ministerios, en la Unción de la Salud, Hummm, qué rico olor a nardos, se siente
cuando nos dejamos inundar de su perfume.
A María de Betania debemos el que llegue hasta nosotr@s
la Buena Nueva perfumada.
Sabemos que un buen perfume, atrae, es agradable, nos
impacta y gusta. La Buena Nueva impregnada del perfume de los nardos, cumple
esa función, la cual no siempre se le deja cumplir. Porque hay quienes la han
impregnado del perfume más barato del mundo llamado “pachulí” que huele a todo
y a nada.
Aprendamos a descubrir el buen perfume de los nardos
en la Buena Nueva. La Buena Nueva impregnada del perfume de los nardos, nos
hace sentir bien, liberadas, con gusto, sol@s o en compañía. Nos impulsa a seguir disfrutándole,
deja en nuestra vida, aires de liberación, optimismo y esperanza. Es gozar
aquellos aromas de PAZ y reconciliación
Sus aromas, son aromas de Resurrección, de vida. Es
gozar la muerte en su derrota: “Yo soy la resurrección y la vida: quien cree
en mí, aun cuando muera vivirá” Juan 11:25.
No confundamos su aroma con el pachuli, que nos
ofrecen barato, en lindo envases, simulando su marca y contenido.
En la Buena Nueva de olor a nardos, no hay olor del
pachuli de la corrupción, violencia, homicidios, feminicidios, injusticias y
mentiras.
La Buena Nueva viene en el más hermoso envase. Ella
viene en el envase de la vida plena:
“He venido a traer vida y vida en abundancia” Juan
lo:10.
Amén
*presbitera católica romana
Abril, 25/22
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