Olga Lucia Álvarez Benjumea
ARCWP*
Es cierto, no lo había pensado antes. Para las
mujeres, el sistema patriarcal es una forma de provocación al peligro y a lo
prohibido.
Mientras más leyes, normas y disciplinas se impongan,
hay un cierto atractivo de quebrantarlas, de romperlas atrevidamente. Es un no,
al no.
Dando una breve mirada a la Buena Nueva, podemos
encontrar en la vida de Jesús de Nazaret esa especial atracción de peligrosa y
prohibida.
Miremos el cómo:
Fue atrevido, cuando se hizo el perdido en el templo y
se metió con los doctores de la Ley. Lucas: 4l-51
Fue atrevido cuando le dio por sanar a los enfermos
día sábado, prohibido por la Ley. Marcos 3; Lucas 13: 10-17
Fue atrevido cuando se atrevió a hablar en público con
una mujer. Juan 4: 5.42
Fue atrevido cuando se atrevió a desafiar al poder del
imperio entrando en un burro a Jerusalén. Mateo 21:1-19
Fue atrevido cuando se atrevió a provocar la
generosidad de un pueblo, invitándoles a dar de comer entre si hasta quedar
hartos. Marcos 6: 30-44
Fue atrevido cuando nunca negó su relación con
delincuentes y cobrador de impuestos. Marcos 2:16
Fue atrevido cuando andaba con gente armada como
Pedro, el día que lo capturaron en Getsemaní. Juan 18:11
No queda la menor duda que la Buena Nueva es
peligrosa, problemática, conflictiva por eso la han encerrado entre las
paredes, por eso de ella solo han podido hablar a su manera y conveniencia los
formados en el sistema patriarcal.
El problema es que la Buena Nueva cayó de primera mano
en manos de las mujeres, Mateo 28:10, desde que la asumieron, la presentan de
forma novedosa y positiva. Lo que hace que ahora se les tenga por personas
subversivas, no deseables y peligrosas.
Lo mejor de todo esto es que las mujeres tenemos una
aliada incondicional, Juan 2:5. Nuestra aliada, corrió muchos riesgos,
empezando cuando le dio por decir “si”. Lucas 1:26-38. Por ese “si” se atrevió a ir sola por caminos
peligrosos en busca de su prima, con la que hizo alianza dándole forma a aquel
manifiesto que se conoce como El Magníficat, el cual en la actualidad no lo
permiten como rosario porque si se repite mucho y con mucha frecuencia, puede
traer graves consecuencias al sistema patriarcal dominante.
Nos toca rescatar y liberar
la Buena Nueva de las paredes jerárquicas de Nicea, donde la cubrieron de
ropajes imperiales hasta nuestros días. El día que esto sucede veremos al
obispo de Roma con su clero, concelebrando, con la Iglesia Pueblo de Dios y con
las presbiteras, Ese día no habrá más pánico, miedos y silencios. No habrá
opresión, rechazo ni marginación, ni normas, ni cánones, ni decretos que
nieguen la unidad. No correrán peligro quienes se han apersonado del anuncio de
la Buena Nueva a pesar de los riesgos que esta con lleva.
Ese día, la Buena Nueva
quedará liberada de las paredes y alianzas con la ataron dentro del sistema
patriarcal.
Ese día diremos con Pablo: “Ya
no hay judío, ni griego; no hay esclavo, ni
libre; no hay varón, ni mujer; porque
todos somos uno en Cristo Jesús” Gálatas 3:28.
A pesar de toda la lucha,
la Buena Nueva no perderá el encanto atractivo de la prohibición y el peligro
que su anuncio lleva.
*Presbitera católica
romana.
Marzo 13/22
De primera este artículo .,.......te luciste Olga Lucía. Gracias. Lo leeré varias veces para saborearlo...
ResponderBorrarEstas "creciendo en sabor y sabiduria de tierra femenina, de
ResponderBorrarcorazon de mujer solidaria, de palabra mansa, clara y valiente" Parece que te hubieras quitado las gafas "academicas y eruditas" con las que trabajaste desde que comenzaste el presbiterado y encontraste unas mas transparentes y diafanas para seguir luchando con mucha mas autenticidad por nuestro reconocimiento como personas plenas de derechos en el espacio religioso.