LA IGLESIA LA QUE LE APUNTA EL PAPA FRANCISCO.
Una Curia romana menos europea y con más representación de las periferias, sociales y geográficas, hace parte de la ideología del prelado.
La elección del papa Francisco representó un cambio en las estructuras de poder de la Iglesia no solamente por ser el primer pontífice Latinoamericano. Jorge Mario Bergoglio le dio una imagen más moderna y menos lejana a una iglesia tildada comúnmente de anticuada o anacrónica.
Sus mensajes sobre el medioambiente, la paz, la comunidad Lgbti, los migrantes y el diálogo entre otras religiones, como el Islam o el judaísmo, no han caído bien entre sus detractores. Algunos cristianos ultraconservadores incluso lo han llegado a catalogar de apóstata. Francisco, no obstante, muestra corrección política buscando llegar a los menos favorecidos. El papa renunció a ciertos lujos y privilegios a los que tenía derecho como jerarca de la Iglesia, pretendiendo identificarse con un estilo de vida austero. Sin dudas, un punto a favor para acercarse al cristianismo del siglo XXI.
Esta semana el obispo de Roma inició su gira por África Subsahariana. Visitó Mozambique, Madagascar y Mauricio en su segunda visita apostólica a este continente, con el objetivo, según el Vaticano, de llevar un mensaje de paz a una de las regiones más desfavorecidas del mundo.
El domingo 2 de septiembre el pontífice dio una sorpresiva declaración. Tras llegar siete minutos tarde a la oración del Ángelus en la que cada domingo se dirige a los fieles desde la ventana del palacio apostólico en el Vaticano, el papa explicó que se había quedado atascado en un ascensor y tuvo que ser rescatado por los bomberos, pero además de la anécdota, informó que el próximo 5 de octubre realizaría un consistorio —consejo del papa con sus cardenales— para dar a conocer a 13 nuevos cardenales de la Iglesia Católica a los que llamó “Príncipes de la Iglesia”.

Dos latinoamericanos: monseñor Álvaro Ramazzini Imeri, obispo de Huehuetenamgo en Guatemala y Juan de la Caridad García Rodríguez, arzobispo de San Cristóbal de La Habana, integran la cuota latina en el grupo de prelados que portarán el solideo color carmín, ambos elegibles para convertirse en el nuevo Vicario de la Iglesia.
Entre los nuevos cardenales 10 de ellos son elegibles y tienen derecho a votar en el próximo conclave. Entre estos está Miguel Ángel Ayuso, un sevillano, islamólogo y licenciado en Árabe, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso.
Monseñor José Tolentino Medonça, de Portugal, archivero y bibliotecario de la Iglesia Romana; el arzobispo de Yakarta, Ignatius Suharyo Hardjoatmodjo; Fridolin Ambongo Besungu, arzobispo de Kinshasa, en el Congo; Jean-Claude Höllerich, arzobispo de Luxemburgo en Luxemburgo; Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia, en Italia; Cristóbal López Romero, arzobispo de Rabat, en Marruecos, y Michael Czerny, subsecretario de la sección de migrantes en el Vaticano.
Los otros tres cardenales son “dos arzobispos y un obispo que se han distinguido por su servicio a la Iglesia”, dijo el papa en su alocución. Michael Louis Fitzgerald, arzobispo emérito de Nepte, en Tunez; Sigitas Tamkevičius, arzobispo emérito de Kaunas, Lituania; y Eugenio Dal Corso, obispo emérito de Benguela, Angola. Estos pasarán a hacer parte del Colegio Cardenalicio pero por sobrepasar los 80 años de edad no podrán ser elegidos.
La Curia Romana elevó a la dignidad de cardenales a prelados con altos puestos en la Iglesia buscando que todos los continentes tengan representación en el Vaticano.

EL HERALDO
Según medios internacionales como el diario El País de España “Francisco confirma la configuración de un colegio cardenalicio, el encargado de elegir al futuro pontífice, hecho a su medida y que destaca por una variable: menos peso para Europa y más presencia de las periferias, sociales y geográficas”.
Otros destacan que la alineación política del pontificado es una pieza clave en una Iglesia que busca derrumbar barreras entre países y religiones. Siendo algunos de los nuevos cardenales expertos en migración, diálogo interreligioso, árabe, entre otros puntos que destacan la ideología de la Iglesia de Bergoglio.
Monseñor Pablo Salas Anteliz, arzobispo de Barranquilla, opina que la característica de universalidad de la Iglesia habla muy bien de su catolicidad. Dicho de otra manera, “la catolicidad de la Iglesia se expresa en su universalidad. En este sentido, todos sus miembros deben sentirse representados”.
Para Salas por tradición la mayoría de los cardenales eran europeos y por consiguiente los papas.
“Esa mayoría se ha ido perdiendo y ahora tenemos un Colegio Cardenalicio más representativo de toda la Iglesia en su conjunto comprendida. El papa Francisco ha sido determinante. Pienso que en esa dirección seguirá la Iglesia. Esto es necesario y conveniente. Estas decisiones nos alegran mucho. El papa nos abre, con estas decisiones, el horizonte de una Iglesia más participativa e incluyente y sobre todo, más representativa en su catolicidad”, agregó.
Según este líder de la Iglesia en Barranquilla, la llegada del Papa Francisco significó tanto para la Iglesia como para la humanidad “un viento fresco”. Para él, las discusiones sobre las que se ha pronunciado como la pobreza, el capitalismo, la situación de los migrantes en el mundo, y los problemas por la explotación del medio ambiente son temáticas que hacen parte de la agenda de la Iglesia porque “nada de lo que afecta al hombre puede ser ajeno a la Iglesia”.
Según el prelado, la pobreza extrema en la que viven tantas personas, la destrucción del medio ambiente, el capitalismo salvaje que amplía la brecha entre ricos y pobres tienen, en palabras del papa Francisco, un común denominador: “el afán de riqueza y la idolatría al dinero. En este horizonte de esclavitudes la Iglesia no puede sustraerse de estas problemáticas”.
Cardenales en Colombia
El Colegio Cardenalicio está integrado por 216 cardenales, 118 electores y 98 no electores. A este número de miembros se sumarán a partir del 5 de octubre los 13 prelados anunciados por el papa.
En Santander falleció el pasado 3 de septiembre, a sus 100 años, monseñor José de Jesús Pimiento, quien sería el cardenal más viejo del mundo. El cardenal colombiano conoció a siete pontífices de la Iglesia católica y es recordado por su influencia en la Curia colombiana.
“Era admirado y reconocido por todos. Aunque discreto, hasta sus últimos días ejerció una gran influencia en el pensamiento y en la acción de la Iglesia colombiana”, expresó monseñor Pedro Mercado, presidente del Tribunal Eclesiástico sobre el fallecimiento del religioso.
Con la muerte de monseñor Pimiento, el arzobispo Pablo Salas explica que actualmente hay vivos dos cardenales en el país. Monseñor Pedro Rubiano Sáenz, quien está retirado por problemas de salud y monseñor Rubén Salazar, el Cardenal Primado de Colombia y Arzobispo de Bogotá.
“Monseñor Rubén está muy activo al frente de su responsabilidades como arzobispo. Como cardenal está muy comprometido en las reflexiones que nos atañen y es un miembro ejemplar de la Conferencia Episcopal. Su presencia y aportes son muy valiosos para nosotros sus hermanos obispos y por supuesto para toda la Iglesia en Colombia”, remató Salas sobre el único cardenal colombiano que podrá elegir y ser elegido en el próximo Conclave.
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