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Nuestro Movimiento tiene como base fundamental asumir una posición clara y definida frente a la situación de marginación de la mujer dentro de la Iglesia Católica, no solamente en cuanto al machismo se refiere sino también al androcentrismo y al adultocentrismo que son características diferentes a la situación de opresión propias del machismo. El androcentrismo como su palabra lo dice tiene todas las actividades referenciadas al ser hombre y el adultocentrismo supone que los adultos detentan la verdad sobre los asuntos de la vida y en consecuencia maltratan a los niños y las niñas negándoles la posibilidad de participar de las decisiones en los diferentes ámbitos de la vida.
Tomamos los textos evangélicos que nos dan razón para oponernos a estos tres aspectos que la religión católica ha abanderado en contra de los derechos fundamentales de las mujeres, ancianos y enfermos (cabezas blancas que, al interior del Templo, pasan a ser invisibles) los jóvenes (no se les tiene en cuenta) * y niños y niñas.
Compartimos con las otras religiones algunos aspectos, pero estamos enfocadas en la Iglesia Católica, en su organización e ideología y es desde su mismo centro que asumimos esa posición, planteando que las mujeres tenemos los mismos derechos para ejercer nuestro sacerdocio a partir de los mismos textos evangélicos que en última son los que nos permiten asumir nuestras posiciones de liderazgo, legado que recibieron de Jesús, María de Magdala y las otras mujeres, (Mateo 28:8).
Consideramos que nuestra permanencia dentro de la Iglesia Católica es la que le da sentido al Movimiento ya que es a ella a quien está referida nuestra posición. Otras iglesias como la anglicana, pentecostal, luterana, ortodoxa y demás denominaciones tienen sus propios proyectos y a ellos apuntan quienes pertenecen a ella.
En consecuencia y por lo anteriormente expuesto no buscamos crear parroquias ni contar con una gran feligresía, pues apuntamos a las celebraciones inclusivas y circulares en las cuales no existe un líder alrededor del cual se mueve todo: Sacerdote o Pastor. Ejercemos el sacerdocio como un servicio comunitario, donde todos participan, siguiendo la experiencia de Casa-Iglesia de las primeras Comunidades, pues somos un Movimiento y no una fracción de la Iglesia Católica. Creemos en la igualdad y la dignidad de las personas frente a la trascendencia de su espiritualidad. La Iglesia, la concebimos como Comunicación, no es monologa, ni forma como la escuela, donde nos sentamos dando la espalda unos con otros, ni es agencia de noticias, el poder androcéntrico y adultocentrico, (querámoslo o no, nos atraviesa) disfraza su comunicación, quiere comunicar y no comunica porque no cuenta con la persona humana, no la necesita, su estructura se impone y es infranqueable, solo le interesa comprar, vender, ejercer el poder, la violencia, y lo que no le sirve a sus pies, lo desaparece,* la vida espiritual se hace a base de las experiencias de vida de los participantes, provocados a través de la reflexión de la Palabra de Dios como eje central. Él no nos quiere robotizados, Él no nos trata como ignorantes. Nos trata y respeta como lo que somos, seres humanos creados a su imagen y semejanza. (Génesis 1:27) Dios nos sigue hablando creando lazos de fraternidad comunitaria.
“Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste”. Juan 17:21
NOTA: RECOMENDAMOS LEER EL SIGUIENTE ARTICULO:
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*Se comentaba de un joven, a quien la abuela le invitó a que le acompañara a la Misa, y el joven le respondió: “Abue, yo allá no quiero ir a perder tiempo, porque allá no me necesitan”.
* Asesinatos de líderes sociales, “falsos-positivos”, violación a los Derechos Humanos, si, ayer era colocar cercas, ahora se hacen muros y se levantan fronteras. Polarización fenómeno, no solo del país, sino en las familias y amistades. Mi palabra vale, la tuya no. No somos capaces de reflexionar juntos/as. Lo que vale es lo que diga e imponga el otro/a.
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