Bienaventuradas las entrañas

Beata viscera, William Byrd
¡Feliz sábado! Para este luminoso sábado de julio, el último sábado del mes, te propongo disfrutar de una maravillosa composición, también luminosa porque salió de la mano de uno de los grandes maestros; grande no, grandísimo. Es uno de los que de vez en cuando vienen por aquí y siempre nos demuestra cuán alto era su dominio de la polifonía y el contrapunto. Si dispones de solo tres minutos prepárate para pasar un buen rato.
William Byrd
Ese grande no es otro que Wiliiam Byrd (1543-1623), compositor británico nacido en Lincoln. Le tocó vivir una época plagada de conflictos entre las Iglesias católicas y anglicanas. Para sobrevivir tuvo la suerte de adaptarse tanto a una como a otra. Él y su esposa eran devotos católicos así como la mayoría de sus patrones pero también, gracias a su calidad como compositor, adquirió diversos puestos en la iglesia anglicana y escribió también bella música para sus servicios religiosos. Paradójicamente es su música anglicana la más conocida e interpretada hoy día. La reina Isabel I sentía tanta admiración por él que le pidió que pusiese en música el poema Look and bow down Thine ear, O Lord, sobre la victoria de la armada inglesa frente a la española. Junto con sus discípulo Thomas Tallis, mantuvieron el monopolio de publicación de obras religiosas hasta 1585. Al final de sus días Byrd se fue retirando de la composición y se dedicó a revisa y publicar las suyas propias.
Vamos a escuchar hoy su motete Beata viscera Mariae virginis, composición a cinco voces publicada en 1605. Se abre con un ingenioso y expresivo ostinato en el que aparecen dos figuras musicales: una primera y la segunda que está asociada a Mariae virginis. Sin embargo no están ni en las mismas voces ni entran a la vez puesto que las apariciones de Beata viscera surgen tras intervalos de tres, cuatro o cinco semibreves. El maestro quedó tan satisfecho de estas figuraciones que volvió a usarlas otra vez. Aunque pueda parecer algo técnico la grandeza de William Byrd es que es capaz de que todo esto suene a gloria bendita, siendo el conjunto una auténtica maravilla.
La partitura de la composición puedes descargarla aquí.
La interpretación es de The King's Singers.

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