Olga Lucía Álvarez Benjumea ARCWP*
Estamos en plena pandemia 3ª fase y en Semana Santa.
Estos días nos están mostrando no una fotografía sino un video, que nos cuenta el papel del ser humano. Video, que nadie quiere ver por supuesto. Sin querer, queriendo ahí estamos tod@s grabad@s.
No se trata de ti, ni de mí, y menos de los otr@s.
Te cuido, me cuido, nos cuidamos, nos confinaron=pandemia, consecuencias: no se de ti, tú no sabes de mí, y menos del resto de tus vecinos, de las amistades. Todo nos cansa, fastidia, deprime, aleja, se alimenta y fortalece el ego. No te conozco, no me conoces, la mascarilla nos esconde, no te veo, no te escucho, no sé quién eres.
Ah! Pero en las redes sociales, whatsapp, facebook y en las conferencias virtuales, te veo, me ves, nos vemos, les vemos, la distancia es la misma, no se siente aquello que alguna vez conocimos, como el calor del ser humano.
¿Ha sido la pandemia, signo de reflexión, encuentro con nosotr@s mism@s, oración, esperanza de cambio? Todavía me lo sigo preguntando, llevamos un año esperando la respuesta aún no llega y menos se evidencia.
Llegaron los días santos. Toda manifestación religiosa, el culto y la liturgia, en crisis se encuentra. Que es que aquel folkor aglomerador y religioso está desapareciendo, ya ni eso nos divierte, por eso me iba y ahora me voy a buscar otras caras, a cambiar de ambiente, se escucha decir…
Pandemia y Semana Santa hoy nos descubren y muestran que aquella amistad, aquel grupo comunitario… aquella alianza para…, en el túnel del tiempo y de la fantasía se queda.
¿Cómo te atreves a decir todo esto? No lo digo yo, lo dicen las actitudes que han sido muy diferentes eso es lo que se refleja. ¡Que yo no soy así! No estoy diciendo que tú y menos yo. ¿Por qué nos defendemos? ¿Quién nos dice que lo hagamos?
Yo, hago esto y esto, y nadie me reconoce. Y no es por dármelas, ni por aparentar, ni sobre salir. Son las quejas que nos dejan a tod@s en evidencia.
Todo esto, lo vemos en los diarios, en las redes sociales, en el proyecto comunitario, es: dijo, me dijo, imputo, me imputan, nos imputamos, tanto en lo social-político y religioso. Como no se puede ni arreglar, ni mejorar nada, entonces tenemos a la mano, la violencia, la revancha, la venganza, le desacreditamos, le marginamos, le echamos, le matamos, te mato, me mata.
¡Que yo no soy así! ¿Otra vez? Lo dijiste, lo dije, lo decimos. ¡Que yo no lo dije, yo no lo hice!
Es la historia del ser humano, de no acabar.
Nos decimos cristian@s, muy espirituales, muy religios@s. No es raro que en nuestros ambientes empiece hacer presencia el cristofacismo=conservadurismo-intolerante-cómplice, el proyecto de vida cristiano que se añora, aquella esperanza y gozo, termine en un pozo.
¡Por Dios! Esto no puede ser cierto. Es efecto de la pandemia, que ya nadie quiere escuchar nada de religión, que es que estamos en Semana Santa, las liturgias, procesiones, lavado de pies, las siete palabras ni se comentan. Ciega estás, ¿no ves? a puerta cerrada y muy controladas, algunas celebraciones, si hay. Y…???
No es solo pánico, temor al contagio. Nos han vacunado contra la VIDA.
Mujeres y hombres hemos quedado crucificad@s. La vida no se anuncia, la vida no se protege, el sistema inmunológico está agotado, no se estimula, el ser humano parece estar diseñado, para acabarlo destruirlo y aplastarlo. El pensar, opinar diferentes, las inquietudes, sugerencias, parece minas antipersonales, “quiebrapatas” que no sabemos dónde están y puedan explotar.
¿A dónde vamos, qué buscamos? Mujeres y hombres, corriendo van a mover la piedra que pretende sepultar la VIDA. ¿Acaso no has visto? Ya esta corrida, ni siquiera nos hemos dado cuenta. No permitamos esa piedra, entierre la vida de nuestro pueblo, nuestros campesin@s, indígenas, afros, lgtbt, ancianos y niñ@s.
La tumba está vacía. Nos quedamos solo mirando, preguntando, buscando a Aquel que nos habla de vida y vida en abundancia. En los noticieros, en las redes sociales, en los pasillos, en la calle, su imagen no aparece.
Dónde están aquellas mujeres que dicen conocer ¿dónde está? Vamos siendo muchas, a ellas nos unimos, son ellas las que anuncian la Pascua, tienen diferentes nombres, no digo, no tengan problemas, pero al menos se unen a los varones, para derribar aquella piedra del sistema patriarcal, que todavía da coletazos y golpea, afectando nuestro testimonio de vida. Hagamos un bloque sororal, mujeres y hombres unid@s, no más divisiones, fronteras y muros…
Nos unimos a Ecofeminismo, Sembradoras de Fe, Villa Comunitaria, Mujeres Iglesia Chile, Codo a Codo, ASCOMPAS, Mujeres Tejedoras-Caldas, Tras las Huellas de Shopia-Latinoamerica, Mujeres Tejiendo Sororidades-Cali, Comunidades cristianas popular, CEBS, Casitas Bíblicas, GEMPAZ, ARCWP. Muchas más se me escapan, démosle a conocer, apoyémosles.
En PASCUA, tod@s resucitamos, ANUNCIEMOS LA VIDA, PROTEJAMOS Y CUIDEMOS LA VIDA.
*Presbitera Católica romana.
Envigado, Semana Santa 2021
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